{SooKai/KaiSoo} Boom ;;

Autora: Pauli
Título del fanfic: Boom ;;
Parejas: KyungSoo  (D.O) x JongIn (Kai)
Tipo: Yaoi 
Rating: {PG}
N/A: dudas en los comentarios, please.
Btw, dedicado a Tami<3 porque ella escribió un SeKai cargado de venganza sjkskhjakdsj<3 espero te guste.
vale que yo no veo a Kai de Seme XD eso solo es en fanfics y en el escenario (y en la radio 8D) pero, por lo que he visto es un uke/suke, lol. ¿Por qué? Porque es super tímido y me imagino a D.O con una cuchara de palo (esas de cocinar) mándandole LOL Bueno, este igual es viejo... estoy terminando un serial (que subiré aquí 1313 ¿quieren saber la pareja? XD -para ver si alguien me lee *^*-) ya, no más spam, lol
*Boom hace referencia a los ruidos de las explosiones.

» Boom ;;

Podía sentir la respiración del contrario en su cuello, erizándole todos y cada uno de los bellos de su cuerpo. Por un momento, se sintió cómodo. Se escuchó un gran estruendo, provocando que el menor cerrara fuertemente sus ojos, y que el mayor se aferrara a él aún más.
Pasaron un minuto, dos, cinco, diez.
Cuando creyeron que todo estaba bien, KyungSoo se levantó, dejando libre a JongIn, pero éste tenía la sensación de que algo le faltaba.

Otro enorme ruido, pero ahora con unos grandes movimientos hizo que ambos cayeran otra vez.

— ¿Qué pasa, Hyung? — el labio inferior del menor tiritaba, quizás por frío, quizás por miedo, o incluso por ambas.

— No lo sé JongIn, no lo sé… Pero es mejor que nos vayamos.

Ambos chicos se levantaron, y el moreno se dejó guiar por el chico de ojos grandes, él no conocía tan bien ese lugar. Aquel día se habían quedado hasta tarde en el teatro de la ciudad arreglando los detalles de una muestra de talentos que debería tener lugar al día siguiente.

Quizás no llegarían al escenario al que tanto anhelaban subir. JongIn se estremeció ante tal pensamiento.

Tenía dieciséis años, había muchas cosas que quería hacer, entre ellas ser una estrella que bailara para la música producida por la voz del mayor, de KyungSoo.
Escucharon otro estruendo, un movimiento mayor que el anterior, y luego una muralla cayó al piso, justo entre medio de ambos chicos. El menor llamaba a gritos a KyungSoo, pero éste no le respondía. Caminó con terror sobre los escombros, y sintió alivio al notar que el mayor no estaba allí. Si la muralla no lo había aplastado, ¿Dónde estaba?




No se atrevía a irse del establecimiento sin su amigo, y cuando divisó la puerta de salida y notó que éste no estaba, giró sobre sus talones preguntándose si debía volver por el mayor.

Lo hizo.

Recorrió con miedo los salones, uno por uno. No había ni una alma. Seguían escuchándose ruidos fuera del lugar, pero ya no eran tan fuertes, o tan cercanos. Un par de salas estaban destrozadas, llenas de polvo y mesas por doquier. Se detuvo en una donde vio una silueta.
Eso definidamente, no podía estar pasando.
El hombre que estaba de espaldas llevaba un traje blindado, negro completo, que no dejaba ver ni un mechón de pelo. Su traje era lo de menos, su arma era lo que daba miedo. Quiso correr escaleras abajo al notar que el sujeto apuntaba con el arma al dueño del lugar, y que el secretario estaba tirado a unos metros, sobre un charco de sangre.

Pero el querer encontrar a su Hyung le llevó a seguir subiendo escaleras y revisar salones.

Finalmente, lo encontró.
Debajo de una mesa, en el último auditorio del piso final, estaba escondido y estampado en sangre.

— KyungSoo — pero la mirada del mayor le hizo callar. Se acercó lentamente a él, apreciando aún más sus magulladuras y la gran herida presente en el estómago del más bajo.

— Estúpido — susurró KyungSoo. Fue tan bajo que JongIn pensó que la voz estaba en su cabeza — debiste haberte ido. ¡Por algo te dejé solo! — ahí, algo hizo clic en su mente. Se había ido para que el moreno creyera que le abandonó y se fuera, mientras él se escondía de algo o alguien.

— Nos vieron… Hice ruido y corrí, y fueron tras de mi. Debiste haberte largado.

— Pero no lo hice.

— Exacto — el mayor sonrío. En el fondo quería eso, que el menor le buscara y no le abandonara. Saber que le necesitaba tanto cómo él al menor.

Las explosiones eran cada vez más cercanas.

— Debes irte.

— No sin ti.

Silencio.

La siguiente explosión fue casi al lado del establecimiento. El lugar tembló por completo, rompiendo los grandes ventanales, haciendo que todo saliera de su lugar. El menor, al estar ahora en el piso – y lleno de vidrios – se acercó a KyungSoo, acurrucándose justo al lado de él.

— De nada sirve un paraguas sin lluvia, un rey sin autoridad, yo sin ti. No me iré, no te dejaré.

Las palabras que salieron tan naturales de la abultada boca del moreno, hicieron sonreír al mayor.

Se besaron.

Boom.

Se besaron nuevamente

Boom.

Juntaron sus manos entrelazando sus dedos uno por uno, aprovechando los que sabían sus últimos minutos.

Un último Boom pudieron escuchar. Las manos del otro fueron lo último que pudieron sentir. La boca del contrario fue lo último que pudieron saborear.

» Fin.